Hetairas, más que simples prostitutas.

Más que un tema controvertido, este es uno de opiniones. Los hay quienes piensan que las hetairas, cortesanas que servían de compañeras a los hombres de la antigua Grecia, eran poco más que eso; otros sugieren que sus funciones, influencia y educación las sitúan en uno o varios niveles por encima de las prostitutas, y que el hecho de que entre sus actividades estuviese el confortar sexualmente a sus clientes, debe ser considerado sólo como la prestación de un servicio profesional. Valor añadido, como diríamos ahora. Pero también estamos los que creemos que hay un punto intermedio que incluye ambas opciones, esto es, que las hetairas eran prostitutas, pero que además cumplimentaban sus ofrecimientos con mucho más que noches de pasión desenfrenada.

Hetaira

Cabe recordar que los valores morales de la actualidad difieren mucho de los de nuestros antepasados, y por ello no es justificable juzgarlos desde nuestra palestra. Las costumbres sexuales de los griegos antiguos eran, como poco, mucho más liberales que las nuestras. La homosexualidad no era sólo permitida, sino incluso celebrada y la prostitución no tenía el estigma que nuestra sociedad actual le impone, al menos en la superficie, pues no podemos ignorar que no estaba permitido a los ciudadanos atenienses entrar en el negocio del sexo. Sus profesionales, tanto hombres como mujeres, debían ser esclavos o metics, habitantes de la ciudad nacidos fuera y con ciertos derechos.

En Atenas había una clara distinción entre las pornai, las prostitutas comunes y corrientes, por llamarlas de una manera, y las hetairas. Estas últimas, por lo general, eran mujeres educadas, capaces de recitar poemas, bailar, cantar y tocar instrumentos, lo que resalta su papel como animadoras. Al contrario que las esposas e hijas de los ciudadanos atenienses que debían permanecer en el hogar, recluidas PSC: LOW-RES PROOF REQ? = 0y silenciadas, las hetairas participaban no sólo en los symposium, las juergas griegas favoritas de los hombres, sino que se les permitía dar su opinión política o filosófica. La separación se extendía al ámbito de la economía, dado que las hetairas podían ser propietarias y embarcarse en transacciones comerciales (también pagaban impuestos), lo cual estaba prohibido a las esposas de aquellos hombres a los que servían. Demóstenes deja muy claro el estatus de cada uno de los títulos dados a la mujer: “Tenemos hetaeras para el placer; pallakae para las necesidades diarias de nuestro cuerpo, pero gynaekes (esposas) para que nos den hijos legítimos y sean las guardianas fieles de nuestros hogares.”

Algunas hetairas alcanzaron gran poder como parejas, no casadas, de hombres influyentes, como Aspasia, la compañera de Pericles, tan celebrada por su sabiduría que el mismo Sócrates en ocasiones era Aspasiasu invitado. Diogenes Laertius narra en su biografía de Platón que este estuvo tan enamorado en su juventud de la hetaira Archeanassa, que incluso le dedicó un epigrama. Y no podemos olvidarnos de la bella Thaïs, la hetaira compañera de Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro Magno, que le acompañó en todas sus campañas y se dice que fue la principal instigadora del incendio de Persépolis. Eso sí, aún las hetairas cargaban con cierta discriminación, al no estarles permitido casarse con un ciudadano.

Pero al final, por mucha educación que tuvieran, por mucho respeto del que fueran objeto de parte de sus clientes, la principal labor de las hetairas era como trabajadoras del sexo. Para ello estudiaban y se preparaban, para ello se cuidaban y vestían y con ello alcanzaban cualquiera que fuese su nivel de poder. No se me escapa la similitud con otras famosas cortesanas como lo son las geishas, que para muchos no dejan de ser prostitutas glorificadas. Otra cosa es lo que cada uno piense de la prostitución, sus orígenes, funciones, o de la idoneidad o no de que sea una profesión legalizada. Otra cosa también es que en la actualidad, tanto algunos hombres como mujeres mantengan viva la profesión de las hetairas, con otro nombre, por supuesto, ¿no creéis?

 

Acerca de J.G.Barcala

Profesor y traductor de idiomas. Comprometido con la libertad, la democracia y el progreso. Aventurero y viajero empedernido. Escritor de todo lo que se preste.
Esta entrada fue publicada en Grecia, Mujer, Sociedad y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

24 respuestas a Hetairas, más que simples prostitutas.

  1. junjunnior dijo:

    Interesante heeee y me pregunto que pasaba cuando una de esas hetairas quedaba pre~ada o peor aun con alguna enfermedad veneria ,que pasaba si contagiaba a algun gobernante empresario o rey con alguna enfermedad sexual ?

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Junjunior,
      no estoy seguro, pero imagino que lidiaban con esos problemas de la misma manera que ahora. Siendo un oficio tan antiguo, seguramente las hetairas conocían bien diferentes remedios, y lo mismo para los hombres que se vieran involucrados. Pero es posible que haya un tema interesante en lo que preguntas. Voy a ver si encuentro algo y no te extrañes ver una secuela a esta entrada.
      Muchas gracias y un cordial saludo.

      • junjunnior dijo:

        Creo que el punto de vista del que hablo no lo habia contemplado nadie pero imagino que las asesinaban y con tanta promiscuidad era dificil encontrar el origen lo que provocaba muchas victimas inocentes a puertas cerradas ningun rey ,prestijioso comerciante o gobernante quedria un escandalo de tal naturaleza en esos tiempos ni en el hoy.saludos a todos tanto lectores como a admistradores e aqui un amigo blog para todos buen dia gente.

      • J.G.Barcala dijo:

        Hola Junjunnior,
        contrariamente a lo que nos pudiera parecer, las hetairas eran ampliamente respetadas por la sociedad griega (al menos por los hombres) y no conozco ningún caso en el que alguna de ellas hubiese sido asesinada por contagiar a un cliente, aunque es muy posible que haya sucedido. Siempre, las que más sufren, son las prostitutas y no sus clientes…
        Mil gracias por tu amable comentario. Un cordial saludo.

  2. Rosa Ave Fénix dijo:

    Estupenda todos los datos que das sobre las hetarias, mucha gente no lo tiene muy claro, y antes de acabar tu relato, estaba pensando en las palabras que añades sobre las geishas. Opino que tanto las mujeres como los hombres que se dedican a la prostitución, no deberían ser criticados, habría que saber que les impujo a ese «oficio» y se ha de tener en cuenta que nuchas veces hacen un gran favor a la persona que l@s necesita escuchando sus problemas. Abrazos.

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Rosa,
      yo soy de los que cree que cada uno hace lo que quiere mientras no moleste al vecino. La prostitución puede o no gustar, pero es algo inherente al ser humano y no hay forma de detenerlo. Creo también que lo mejor que puede hacer una sociedad es adaptar sus leyes para asegurar que el negocio se lleva a cabo entre adultos y con las mejores garantías de salud. El problema es que para muchos es una cuestión moral, y eso ya no depende del estado, sino de las personas. Por ello insisto, que cada uno haga lo que quiera.
      Muchs gracias por tu amable comentario. Un cordial saludo.

  3. Hola Jesús,
    siempre ha existido y seguirá existiendo la prostitución en cualquiera de sus formas. Ignorarla, marginarla y repudiarla nunca ha sido positivo y menos en la actualidad con la aparición de las enfermedades de transmisión sexual… Se hace necesario su regularización en cualquier sociedad sea o no «civilizada» de nuestros tiempos. Nos queda mucho que aprender de la antigua Grecia.
    Un abrazo

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Francisco,
      como respondía a otro comentario, mientras haya clientes habrá quienes ofrezcan el servicio, la ley de la oferta y la demanda, y creo que mientras no evolucionemos en otra especie no faltarán ni unos ni otros. Otra cosa son los problemas causados por la prostitución, como puede ser la transmisión de enfermedades venéreas, con las cuales tú debes estar muy familiarizado (en tu condición de ginecólogo, por supuesto 😉 ), pero sinceramente, y a pesar de que le he dado muchas vueltas al asunto, no encuentro una forma de complacer a todos. Hay muchos factores sociales y económicos, pero también morales, y estos últimos dependen de las personas, y no de las leyes. Sólo espero algún día encontremos la manera de compatibilizar la libertad de las personas con los efectos potenciales de la prostitución.
      Muchas gracias por comentar y un cordial saludo.

  4. Pingback: Hetairas, más que simples prostitutas

  5. De alguna manera antes y ahora prestan un servicio. Si se considera un trabajo, los hay bastante más ponzoñosos.

    • J.G.Barcala dijo:

      Totalmente de acuerdo Casal, en todo caso, es una cuestión del cliente que busca los servicios. Mientras haya compradores habrá vendedores.
      Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.

  6. Mario dijo:

    Me encanta tu blog, pura delicia. Un saludo del reportero Histórico. Te dejo mi aportación sobre la mas famosa Hetaira. Un saludo
    http://elreporterohistorico.blogspot.com.es/2014/10/la-hetera-y-el-juicio-la-belleza.html

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Mario,
      acabo de pasarme por tu blog y me ha encantado! Gran variedad de temas de interés, bien documentados y redactados de una manera muy original y entretenida. Ya tienes otro seguidor, y me halaga mucho que tan importante colega se haya fijado en el mío… 😉 Si no te importa, en mi próxima remodelación de estas páginas pondré un enlace a El Reportero Histórico, seguro mis lectores lo agradecerán.
      Mil gracias nuevamente y un abrazo.

  7. claudia rojas dijo:

    Realmente interesante y muy original tu pasaje de la historia

    • J.G.Barcala dijo:

      Queridísma Claudia, me alegra mucho que te haya gustado. Intento buscar historias interesantes, y esta me lo pareció…como siempre, tus comentarios me alegran el día. Un besazo guapa!

  8. Pingback: Hetairas, más que simples prostitutas. |...

  9. Anónimo dijo:

    Un articulo muy interesante. Gracias

  10. Stella dijo:

    Ahora a las Hetairas, se les llama señoritas de compañía…Creo que muy poco ha cambiado en tanto tiempo.
    Como siempre un placer leerte.
    Un abrazo desde el Sur..

    • J.G.Barcala dijo:

      Jeje, también se les conoce como «escorts», y habrá muchos más eufemismos para este oficio que, en mi opinión, nunca dejará de existir mientras haya compradores…triste pero cierto.
      Mil gracias por comentar Stella, un besín 😉

Replica a Mario Cancelar la respuesta