Lawrence de Arabia. El mito y el hombre.

Hemos visto la película decenas de veces; hemos tarareado su banda sonora en incontables duchas, nos hemos dejado hipnotizar por la suave aunque fría mirada de azur en los ojos de Peter O’Toole y hemos sufrido con él su travesía por el desierto. Pero ¿cuántos de  nosotros conocemos al Héroe de Áqaba en la vida real, cuántos sabemos la historia de T.E. Lawrence y la influencia que tuvo en el nacimiento de más de un nuevo país en el Medio Oriente? Hasta hace no mucho, yo me incluía entre aquellos que basaban su comprensión del personaje en el famoso trabajo de David Lean (basado en el libro de Lawrence Los Siete Pilares de la Sabiduría) y en alguno que otro documental, pero gracias al trabajo de investigación realizado para el especial sobre la Primera Guerra Mundial que estoy publicando en Ciencia Histórica, me tope con mucho material sobre sus acciones durante aquel periodo, y creo que he llegado a entender mejor la personalidad de este extraño hombre.

Peter O'Toole como Lawrence de Arabia y Omar Sharif.

Peter O’Toole como Lawrence de Arabia y Omar Sharif.

Thomas Edward Lawrence, nacido el 16 de agosto de 1888 en Tremadog, Gales, fue el segundo de cinco hijos nacidos a la pareja de Sir Thomas Chapman, que había abandonado a su esposa para unirse con la niñera, Sarah Junner, pero nunca se casaron. La madre de Sarah había estado trabajando en el hogar de un tal John Lawrence cuando nació su única hija y, a pesar de que esta nunca estuvo segura de quién era su padre, la pareja Chapman-Junner adoptó el apellido Lawrence. Después de mudarse en varias ocasiones, la familia finalmente se asentó en Oxford en 1907, donde el joven Thomas se matriculó al año siguiente para estudiar historia en el Colegio de Jesús. Al graduarse tres años después, consiguió enrolarse en una expedición arqueológica del Museo Británico a Karkemish, la antigua ciudad hitita y asiria en la frontera de Turquía con Siria.

Durante los próximos años Thomas colaboró en diversas excavaciones en estos dos países, volviendo a Inglaterra durante el verano para proseguir sus estudios. Trabajó también en Egipto, Palestina y en Líbano, donde aprendió árabe. Al empezar la guerra T.E. Lawrenceen el verano de 1914, pensó en alistarse inmediatamente, pero un conocido le aconsejó esperar hasta octubre, una vez que se hubiesen configurado los servicios de inteligencia, y ahí fue a parar el joven pero talentoso arqueólogo. A principios de 1915, fue enviado para hacer un estudio geográfico del desierto de Negev, el triángulo que forma el sur de Israel, para el Fondo Palestino de Exploración, que no era más que una cortina de humo creada por la inteligencia británica. Al finalizar, fue asignado a la Oficina del Comandante General del Medio Oriente en El Cairo. Los primeros meses de su estancia en Egipto como oficial no fueron muy alegres para Thomas. Mientras dos de sus hermanos luchaban y morían en el frente occidental, sentía que su vida había perdido el rumbo y que de poca valía estaba siendo para el esfuerzo armado. Pero sus superiores no pensaban igual, y tenían planes para él.

A principios del siglo XX, el Imperio Otomano llevaba casi cuatro siglos dominando buena parte del creciente fértil, la península de Anatolia (la actual Turquía), Irak, y las dos franjas costeras de la península arábiga que lindaban con el Mar Rojo y el Golfo Pérsico. Pero el poder del antiguo imperio se tambaleaba bajo el peso de la corrupción y la ineficiencia y sus vecinos esperaban que “el viejo enfermo de Europa” falleciera pronto para apoderarse de sus despojos. Gran Bretaña había descuidado su relación con los otomanos y el Kaiser se había aprovechado para entablar una serie de acuerdos comerciales y militares, con la vista puesta a una futura guerra. El caso del Goeben terminó por sellar la alianza y el Imperio Otomano entró en la guerra de la mano de Alemania.

Imperio Otomano en 1914.

Imperio Otomano en 1914.

Después del fracaso de la campaña en Gallipoli, los ingleses temieron que los turcos pudiesen atacar sus dominios en Egipto, especialmente el Canal de Suez, un corredor primordial en sus rutas comerciales, pero vulnerable desde el punto de vista militar. El cuartel general en El Cairo decidió entonces centrar el objeto de sus investigaciones en el movimiento nacional árabe que se fraguaba desde ya hacía unos años entre algunas de las tribus oprimidas por los otomanos. Ningún otro inglés conocía la geografía, culturas y lenguas de la zona mejor que Lawrence y, obviamente, fue él quien recibió el encargo de contactar con los árabes y analizar sus posibilidades de montar una revuelta contra los turcos que pudiese distraerlos de iniciar una campaña dirigida a Egipto.

Las tribus árabes habían reclutado unos cuantos miles de hombres para la causa, pero carecían de un liderazgo organizado, de estrategia y entrenamiento, y más importante, de armas modernas.  Lawrence fue enviado a investigar, a observar y conocer mejor a los rebeldes Faisalpara ver si tenían alguna posibilidad de éxito. Tras un arriesgado viaje a través del desierto, llegó a Wadi Safra, para reunirse con el único líder capaz de unir la causa árabe bajo un mismo techo, el hijo del Emir Sherif, el Príncipe Faisal (protagonizado en la película por Obi-Wan-Kenobi, perdón, por Alec Guinness). Fue Faisal quien convenció a Lawrence de adoptar la vestimenta árabe, el thawb o suriya, tocado con el kefiye, que es más una prenda cultural que demuestra el orgullo de la identidad árabe, y con quien Lawrence establecería una relación de mutuo beneficio, además de una amistad que sólo se rompería por acontecimientos ajenos a ambos.

Lawrence, sin haber recibido órdenes oficiales al respecto, asesoró a Faisal en cuestiones militares y le convenció de alinear sus intereses a los de los británicos. Sugirió entonces una campaña que los árabes consideraban casi imposible, pero que con fuerza de voluntad y el liderazgo del todavía teniente llegó a puerto. Atravesando un inmenso y peligroso desierto, poco más de mil hombres armados con espadas y unos pocos fusiles consiguieron conquistar el puerto de Áqaba, entonces en manos de los turcos, que una vez en manos de los árabes fue el puerto de entrada al apoyo militar británico. Lawrence continuó luchando para Faisal y sus acciones fueron cruciales en el avance del General Allenby hacia Jerusalén, primero, y luego hasta Damasco, liberando al último de los pueblos árabes del yugo otomano.

Escena de la película Lawrence de Arabia. La Toma de Áqaba.

Escena de la película Lawrence de Arabia. La Toma de Áqaba.

Durante 1918, el último año de la guerra, el periodista norteamericano Lowell Thomas pidió y logró el permiso para seguir a Lawrence en sus andanzas. Conquistado por la personalidad del excéntrico británico, su don de gentes y su talento, Lowell Thomas Lowell Thomasfue el cooperante necesario para la propagación del mito Lawrence. A través de sus artículos difundidos extensamente por los Estados Unidos, una serie de conferencias en la posguerra y, principalmente gracias a la gran cantidad de fotografías y películas hechas durante la guerra, Lawrence de Arabia se convirtió en un mito, en una estrella mundial. La fama fue un arma de doble filo para el protagonista, quien en realidad le buscaba, pero al final fue demasiado y buscó la privacidad, incluso cambiándose el nombre un par de veces.

Sin embargo, el hecho que marcó la última etapa de la vida del héroe poco tuvo que ver con su vida personal. Después de le liberación de los pueblos árabes, Lawrence esperaba y deseaba su integración bajo un mismo país, independiente de otomanos y cualquier otra influencia extranjera, pero el acuerdo secreto Sykes-Picot entre británicos y franceses para repartirse la región, dio al traste con las aspiraciones árabes, y con las de Lawrence, que se sintió traicionado por su propio gobierno. Poco le sirvió de consuelo la misión que recibió para colaborar en la creación del estado moderno de Irak.

Después de la guerra Lawrence trabajó brevemente para el Foreign Office y asistió a la Conferencia de París representando al Rey Faisal. También trabajó como asesor de Winston Churchill en la Oficina Colonial, antes de enrolarse en la Royal Air Force. Pero su pasado no dejaba de perseguirle. Durante una estancia de dos años destinado en una base en la India, tuvo que abandonar cuando empezaron a circular rumores de que en realidad estaba involucrado en actividades de espionaje.

Lawrence y una de sus Brought Superior.

Lawrence y una de sus Brought Superior.

Dos meses después de terminar su periodo de servicio en la fuerza aérea, Lawrence sufrió un accidente en una de las ocho motocicletas Brought Superior que poseía. Murió seis días más tarde, el 19 de mayo de 1935 debido a las complicaciones sufridas en la caída. Lawrence dejó una marca más en el mundo cuando su accidente impulsó al gobierno británico a promover el uso de cascos protectores. En la vida y en la muerte, un personaje controvertido, con sus aciertos y sus defectos, con sus extravagancias, su exhibicionismo, pero también con su sincera búsqueda de independencia para el pueblo árabe que tanto amó, Lawrence de Arabia reservó su lugar en la historia.

Acerca de J.G.Barcala

Profesor y traductor de idiomas. Comprometido con la libertad, la democracia y el progreso. Aventurero y viajero empedernido. Escritor de todo lo que se preste.
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11 respuestas a Lawrence de Arabia. El mito y el hombre.

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  2. Hola Jesús,
    estaba leyéndolo y era como si estuviera disfrutando de la película. Deberías plantarte hacer también una novela de aventuras, seguro que llegaría a ser un bestseller. No tenía ni idea de muchas de las cosas que nos explicas y mucho menos que fuera tan aficionado a las motos. Creo que después de leer tu artículo voy a volver a ver el film, con Obi-Wan-Kenobi, perdón, por Alec Guinness. ¡Ja, ja, ja!
    Un abrazo y felicidades por este magnífico post.

    • J.G.Barcala dijo:

      Jeje, muchas gracias Francisco por tus halagos. El género de las aventuras es muy complicado, aunque me he atrevido ya con Yo. Átomo, mezclando la historia en el tema.
      Yo me vi, por enésima vez LAwrence de Arabia la semana pasada, y me gustó igual que la primera vez. Es una obra de arte que, como no, tiene un gran contenido histórico. Sabrás que buena parte de ella fue filmada en España, lo que la acerca a nosotros un poco más.
      Mil gracias como siempre por leer y comentar.
      Un abrazo y feliz domingo!

  3. Rosa Ave Fénix dijo:

    Cómo me ha gustado leer esta entrada!!!!! Yo también he disfrutado varias veces con la «peli», muy bien lograda e interesante en cuanto a la historia se refiere. Hace unos 7 años cuando estuve en Siria y Jordania, ver los restos de Krak de los Caballeros y especialmente cuando dormí en el desierto de Wadi Rum, no pude por menos que recordar lo que ya sabía.La Plaza de España en Sevilla, fue uno de los trozos filmados en España, es cuando representa que Lawrence sale indignado de unas de las oficinas, que se suponen en El Cairo, donde estaban los ingleses. Una vez más… felicidades y gracias.
    Olvidaba decirte, jejeje, que cuando estuve en Túnez subí a un camello, el beduino que estaba a mi lado (para vigilarme), quedó con cara atónita cuando después del susto que tuve cuando se incorpora «el animalito», hize como si yo lo espolease con un bastón imaginario. Besito de desierto..

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Rosa,
      serán pocos los que no se hayan dejado conquistar por los ojos de Peter O’Toolre y los hermosos parajes del desierto. Es una obra maestra…
      Yo aún no he estado en el Medio Oriente, pero no por falta de ganas. Está en la lista, como muchos otros sitios…:(
      Tampoco me he podido subir a un camello, pero sí a un elefante en la India…
      En todo caso, te agradezco tu valiosa aportación, siempre me sorprendes con algo nuevo…
      Muchas gracias y un besín…

  4. Glyptodon dijo:

    Hola, buen día señor, gracias por el artículo. Hay un punto que de alguna manera presumía pero no tenía claro, y que su nota aclara muy bien, y es cómo los países dominantes manejan el mundo como su propia casa. Es decir: estudian y estudian otras realidades para influir en ellas y lograr sus objetivos moviendo peones ajenos, y los ‘tejes y manejes’ entre las potencias para distribuirse territorios, cosa que uno sabía pero no estaba seguro que fuera en el orden de la realidad o de la fantasía; si eran situaciones reales o teorías conspirativas. Este asunto de hacer alianzas para derrocar imperios es muy vieja. Este año tuve que estudiar civilizaciones precolombinas, es decir las civilizaciones mayas, aztecas e incas antes de la llegada de Colón. En el siglo XVI los conquistadores españoles (Pizarro, Aguirre, etc) derrocaron dos imperios y una confederación siendo apenas un puñado de hombres (unos pocos cientos) con el mismo expediente: sublevar tribus oprimidas por el imperio. Unos pocos cientos derrumbaron dos imperios milenarios pero autoritarios! Gracias nuevamente por el artículo. Saludos desde Buenos Aires. Raúl.

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Glyptodon,
      creo que has acertado en la analogía. Al igual que los europeos convencieron a las tribus mesoamericanas de unirse a ellos contra aztecas e incas, manipularon en cierta forma a los árabes para luchar contra los turcos, lo cual en principio no veo tan mal, pero traicionarlos después de la victoria si me parece perverso.
      Esperemos que estos hábitos hayan quedado en el pasado.
      Muchas gracias por tu valiosa aportación, como siempre.
      Un cordial saludo desde Madrid…

  5. Tomás dijo:

    El mito se sustenta exclusivamente en una película que casi todos hemos visto, pero no soporta ningún análisis histórico.
    ¿Libertador de pueblos? Ejem…, deberíamos entender las películas también en su contexto, cuando, quién y para qué se hicieron. El cine mitificó y justificó al personaje real como un libertador, cuando en realidad no fué sino un agente británico al servicio del imperialismo inglés para debilitar al imperio otomano, un aliado de Alemania, con el que se había de enfrentar poco después por la disputa de los recursos que aportaban las colonias. Lo hizo perfectamente para Inglaterra y tomó el pelo a los demás. Un perfecto embustero, lo que hoy llamamos un triunfador o un emprendedor. Los anglosajones son conocidos por glorificar a sus piratas, del Caribe o del desierto, pero eso no los exime de ser piratas. No tienen amigos sino intereses, dicho por ellos mismos.
    Otro agente, esta vez de sangre hispana, que sirvió también de manera excepcional al imperio británico fué un tal S. Bolívar, que debería tener plaza en el centro de Londres por aquello de ser bien agradecido. Aunque sea políticamente incorrecto decirlo.
    Saludos

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Tomás,
      el mito de Lawrence de Arabia nació décadas antes de la película, principalmente debido a los reportajes de Thomas Lowell y no en menor manera al exhibicionismo propio de T.E. Lawrence. Mis fuentes se basan en publicaciones históricas, no en la película, y todo lo contado en mi artículo son hechos comprobados, nada nuevo ni sorpresivo.
      Yo dudo que él estuviese de acuerdo con los planteamientos de sus superiores. No hay ninguna evidencia de que los compartiera y mucho menos que los impulsara voluntariamente. Sin embargo, si hubo muchas ocasiones en las que se mostró contrario a ellas, por lo cual es muy difícil acusarlo de ser un cómplice.
      Por cierto, no se de dónde sacas la equiparación de un embustero con un emprendedor o un triunfador, los hay de todos tipos, son humanos, y en todos los grupos humanos se dan las mimas cualidades y defectos.
      Muchas gracias por comentar y un cordial saludo.

  6. Manel dijo:

    Uno de los libros que sirvió a Lawrence para conocer mejor Arabia y a su gente fue el escrito por Charles Doughty, Arabia Deserta, que relata el viaje que protagonizó desde Damasco hasta las cercanías de Medina y La Meca, con la descripción de los lugares por donde pasó y las diferentes tribus que fue encontrando a su paso.

    • J.G.Barcala dijo:

      Hola Manel,
      tienes mucha razón, Lawrence leyó el libro antes de embarcarse él mismo en su viaje por las mismas regiones, y sin duda le inspiró y ayudó en su aventura, y posteriormente durante la campaña militar. Gracias por recordárnoslo.
      Muchas gracias también por comentar. Un cordial saludo.

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